-Escrito e ilustrado por Shel Silverstein (1964)
Recomendado para niños a partir de los 6 años en adelante
Quisiera empezar e inaugurar la primera recomendación de este blog con un cuento muy especial que conocí, hace mucho tiempo en el colegio. Es un cuento que te marca para toda la vida porque invita al lector a profundizar, reflexionar y mejorar como persona. Les presento al maravilloso Árbol Generoso.
Fue escrito e ilustrado por el americano Shel Silverstein en el año 1964. Este año el cuento cumple 50 años de haberse publicado, de haber sido leído y de haber logrado influir positivamente en muchísimos niños y adultos (sé que lo seguirá haciendo)
Por todo eso y más: ¡GRACIAS!
Por todo eso y más: ¡GRACIAS!
No es fácil de conseguir en las librerías. Yo lo compré por Amazon y también lo venden por iBooks
(en lo particular prefiero mil veces el papel que lo electrónico)
La enseñanza de este cuento es muy profunda, por eso sé que es un cuento que no debe faltar en una casa.
Lo recomiendo para niños a partir de los 6 años en adelante, porque es un poco largo y sus ilustraciones son en blanco y negro.
En este cuento se narra la historia de un amor profundo e incondicional:
Había una vez un árbol y un niño que se querían mucho. El niño siempre iba a jugar con él. Se divertía con sus hojas, trepaba sus troncos, jugaban al escondite, comía manzanas, se recostaba en su tronco...eran los dos muy felices.
El niño creció y dejó de visitar al árbol. Hasta que un día:
El árbol vio venir a su niño y le dijo:
“Ven, Niño súbete a mi tronco y mécete en mis ramas y come mis manzanas y juega bajo mi sombra y sé feliz.”
“Ya soy muy grande para trepar y jugar, “ dijo el niño.
“Yo quiero comprar cosas y divertirme, necesito dinero. ¿Podrías dármelos?”
“Lo siento, “dijo el árbol, pero yo no tengo dinero. Sólo tengo hojas y manzanas. Coge mis manzanas y véndelas en la ciudad así tendrás dinero y serás feliz
Y, así, él se subió al árbol, recogió las manzanas y se las llevó
Y el árbol se sintió feliz.
En este cuento se narra la historia de un amor profundo e incondicional:
Había una vez un árbol y un niño que se querían mucho. El niño siempre iba a jugar con él. Se divertía con sus hojas, trepaba sus troncos, jugaban al escondite, comía manzanas, se recostaba en su tronco...eran los dos muy felices.
El niño creció y dejó de visitar al árbol. Hasta que un día:
El árbol vio venir a su niño y le dijo:
“Ven, Niño súbete a mi tronco y mécete en mis ramas y come mis manzanas y juega bajo mi sombra y sé feliz.”
“Ya soy muy grande para trepar y jugar, “ dijo el niño.
“Yo quiero comprar cosas y divertirme, necesito dinero. ¿Podrías dármelos?”
“Lo siento, “dijo el árbol, pero yo no tengo dinero. Sólo tengo hojas y manzanas. Coge mis manzanas y véndelas en la ciudad así tendrás dinero y serás feliz
Y, así, él se subió al árbol, recogió las manzanas y se las llevó
Y el árbol se sintió feliz.
Nuestro protagonista luego vuelve a pedirle al árbol sus ramas para construirse una casa y por supuesto qué creen: el árbol se los dió y se sintió feliz.
Después él vuelve a visitar al árbol para pedirle su tronco para hacerse un barco. Claro que nuestro generoso árbol se lo da, pero esta vez no se sintió tan feliz ( se dio cuenta que no quería estar sólo)
Y luego de mucho tiempo, su niño volvió nuevamente. “Lo siento, niño,” dijo el árbol, “pero ya no tengo nada para darte , ya no me quedan manzanas.”
“Mis dientes son muy débiles para comer manzanas”, le contestó el niño.
“Ya no me quedan ramas, tú ya no puedes mecerte en ellas” – dijo el árbol.
“Estoy muy viejo para columpiarme en las ramas,” dijo el niño.
“Ya no tengo tronco” dijo el árbol, “tú ya no puedes trepar.”
“Estoy muy cansado para trepar” le contestó el niño.
“Quisiera poder darte algo…pero ya no me queda nada. Soy solo un viejo tocón. Lo siento…” (dijo el árbol)
“Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar tranquilo para reposar, estoy muy cansado,” dijo el niño.
“Bien”, dijo el árbol reanimándose, “un viejo tocón es bueno para sentarse y descansar. Ven, Niño, siéntate.
Siéntate y descansa.”
Y él se sentó
Y el árbol fue feliz.
Los dos terminaron juntos y el árbol fue el más feliz porque supo que dió lo mejor de sí y ratificó que la verdadera felicidad está en amar y hacer feliz al otro INCONDICIONALMENTE.
Después él vuelve a visitar al árbol para pedirle su tronco para hacerse un barco. Claro que nuestro generoso árbol se lo da, pero esta vez no se sintió tan feliz ( se dio cuenta que no quería estar sólo)
Y luego de mucho tiempo, su niño volvió nuevamente. “Lo siento, niño,” dijo el árbol, “pero ya no tengo nada para darte , ya no me quedan manzanas.”
“Mis dientes son muy débiles para comer manzanas”, le contestó el niño.
“Ya no me quedan ramas, tú ya no puedes mecerte en ellas” – dijo el árbol.
“Estoy muy viejo para columpiarme en las ramas,” dijo el niño.
“Ya no tengo tronco” dijo el árbol, “tú ya no puedes trepar.”
“Estoy muy cansado para trepar” le contestó el niño.
“Quisiera poder darte algo…pero ya no me queda nada. Soy solo un viejo tocón. Lo siento…” (dijo el árbol)
“Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar tranquilo para reposar, estoy muy cansado,” dijo el niño.
“Bien”, dijo el árbol reanimándose, “un viejo tocón es bueno para sentarse y descansar. Ven, Niño, siéntate.
Siéntate y descansa.”
Y él se sentó
Y el árbol fue feliz.
Los dos terminaron juntos y el árbol fue el más feliz porque supo que dió lo mejor de sí y ratificó que la verdadera felicidad está en amar y hacer feliz al otro INCONDICIONALMENTE.
Les voy a recomendar varias actividades para hacer con sus niños:
- Página recomendada del autor del cuento:
http://www.shelsilverstein.com/media/learning/resource_files/Giving_Tree_50th_Event_Kit_Activity_Booklet.pdf
Podrán conseguir estas actividades...
b.Hoja para completar las oraciones con palabras claves.
c. Tarjeticas de amor para decir a quién quieres..ej: Había una vez un niño que quería....
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| Tarjeticas |
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| Completar |
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| Caminito |
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¨¨Y el árbol se sintió feliz¨¨ |
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